Estos son los ocho textos terminados, luego de haber sido corregidos por los alumnos bajo la mirada atenta de las docentes. Se revisó no solo la ortografía sino la estructura de las historias en lo que hace a la introducción, desarrollo y final.
La gran María
Esta es la historia de una mujer llamada María que tenía dos hijos, Martín y Lucas. Ellos estudiaban en una escuela de campo; pero un día, al salir de la escuela un auto los interceptó…
Los subieron al vehículo engañándolos y les prometieron que les iban a dar regalos para llevar a su casa.
María estaba muy preocupada porque era muy tarde y los hijos no llegaban de la escuela. La señora salió a buscarlos por todo el campo.
De pronto apareció un jabalí salvaje, ella sacó su cuchillo y lo mató. Con toda la ropa llena de sangre siguió buscando a Martín y a Lucas.
Luego de varias horas escuchó gritos que venían de un galpón abandonado…
Cuando la señora regresaba del galpón sonó el teléfono y le dijeron que querían plata para dejar libres a sus hijos. La madre, con mucha desesperación, agarró los ahorros que había juntado para un viaje y se los entregó a los secuestradores.
Desde ese momento los chicos se cuidaron mucho más en la calle y vivieron felices junto a su mamá.
La gran María II
Esta es la historia de una mujer llamada María que tenía dos hijos Martín y Lucas. Ellos estudiaban en una escuela del campo. Pero un día, al salir de la escuela un auto los interceptó… Frenó, los raptó y los llevó a un descampado.
La mamá desesperada llamó a la policía; los oficiales y la mujer empezaron buscar a los chicos
A la mañana siguiente el secuestrador llamó a la madre y le pidió que le diera todas sus cosas de valor, pero ella se negó y el hombre malo la amenazó con que iba a matar a sus hijos…
La mamá le pidió ayuda a un viejo amigo, quien trató pero no pudo. Finalmente los hijos lograron escapar, huyendo a España.
La mamá, mucho tiempo después, se enteró que sus hijos tan amados estaban vivos.
Los amigos
Gustavo y Nicolás se habían hecho grandes amigos de tanto caminar la Plaza Mayor, ofreciendo las empanadas y pasteles que sus madres preparaban y ellos vendían para darles de comer a sus hermanos.
Una tarde la plaza no era la misma…
La habían destruído los hombres que trabajaban allí porque los despidieron. Se enojaron mucho y comenzaron a arrojar piedras. Después vino la policía y empezó a reprimirlos.
Los chicos estaban muy tristes, vieron como se mataban los grandes, se escondieron en la iglesia y rezaron para que no se pelearan más…
Tiempo después, los trabajadores se reunieron para hablar del asunto y decidieron arreglar la plaza para los chicos, y no tener más problemas.
Sólo lo hacían porque querían dar un ejemplo mejor a los chicos.
Los amigos II
Gustavo y Nicolás se habían hecho grandes amigos de tanto caminar la Plaza Mayor ofreciendo las empanadas y pasteles que sus madres preparaban y ellos vendían para darle de comer a sus hermanos.
Una tarde la plaza no era la misma…
Se estaba quemando y la gente estaba muy triste porque era una plaza de muchos años.
El virrey dijo: _ no se pongan mal porque voy hacer una feria de comidas, ropa y platos de decoración.
Al día siguiente las abuelas de Plaza de Mayo dijeron: _ ¡pero eso es una plaza muy importante porque allí se puede pedir justicia!
Los demás respondieron: _ Ya sabemos abuelas, pero hay que hacer una feria para juntar plata para la gente pobre…
Uno de ellos pidió un hogar para los pobres y especialmente trabajo para que cada uno, pudiera tener dinero para comprar una casa y no tener que vivir en la plaza.
Sandra en París
En 1980 Sandra vivía en París porque durante esa época en Argentina estaba la dictadura militar; ella amaba vivir en libertad.
Sandra era una persona humilde y muy trabajadora y había conseguido empleo como repostera en un salón de París.
Una tarde, al salir del trabajo…
Sandra se encontró con un repostero famoso llamado Luis. Ella le preguntó muchas cosas sobre como hacer tortas y le pidió ayuda para realizar su trabajo; los dos fueron conociéndose.
Un 24 de febrero fueron a una fábrica de pasteles, ellos sentían un fuego en el corazón y no se animaban a decírselo.
Un 4 de marzo estaban saliendo de novios y se encontraron con el ex amor de Sandra que también era repostero y se llamaba Juan.
Juan y Luis empezaron a pelearse y el novio de Sandra tuvo que ir al hospital.
Sandra se sentía mal y culpable porque se habían peleado por ella, entonces decidió ir a ver a Luis para pedirle perdón por no haberlo defendido.
Él la escuchó pero no aceptó su palabra porque estaba enojado. Ella se fue llorando.
Sandra en París II
En 1980 Sandra vivía en París porque durante esa época en Argentina estaba la dictadura militar; ella amaba vivir en libertad.
Sandra era una persona humilde y muy trabajadora y había conseguido trabajo como repostera en un salón de París.
Una tarde, al salir del trabajo…
La llamó por teléfono un familiar de Argentina y le dijo que su novio estaba muy grave y que quería verla.
Ella estaba muy triste porque no sabía que hacer. Sentía que si iba a Argentina la mataban los militares y si se quedaba en París no podía ver a su novio que estaba por morir.
Luego de pensarlo mucho tiempo tomó la decisión más difícil de su vida, quedarse en París, porque ahí tenía un futuro de vida y su novio de todas maneras se iba a morir. Si ella viajaba, iban a morir los dos.
Finalmente decidió enviarle una carta a su novio para decirle que lo amaba mucho y que la perdonara por esa decisión.
Una mañana distinta
En mil ochocientos diez, una mujer española muy bonita, con grandes ojos negros, salía de su casa hacia la Plaza Mayor para comprar alimentos. Había muchos vendedores ambulantes que ofrecían distintos productos. De pronto apareció una mujer negra que se ofreció para lavarle la ropa…
Y en vez de lavarle la ropa se la quemó a propósito, porque le tenía bronca a la señora Aldana debido a que muchas veces le lavó la ropa y ella no le pagó.
Aldana llamó a la policía, entonces la llevaron a la comisaría.
En ese lugar las dos mujeres y los oficiales discutieron sobre el problema para encontrar una solución…
Finalmente las dos tuvieron que pedirse perdón. Con el dinero que Aldana le pagó, la negra le compró ropa nueva.
Una mañana distinta II
En mil ochocientos diez, una mujer española muy bonita, con grandes ojos negros, salía de su casa hacia la Plaza Mayor para comprar alimentos. Había vendedores ambulantes que ofrecían distintos productos.
De pronto apareció una mujer negra que se ofreció a lavarle la ropa…
La señora llevó a la mujer con confianza a su casa.
La negra le robó la ropa para dársela sus hijos y luego quiso escapar, pero no pudo porque la vieron los vendedores ambulantes, le sacaron la ropa y la secuestraron.
La morena les pidió que la suelten, pero ellos le dijeron que no porque el Virreinato del Río de la Plata no aceptaban que roben, y la pusieron presa.
Después de un mes la morena seguía en la cárcel…
Después de un tiempo salió en libertad y decidió ir al la casa de la señora para pedirle perdón por lo que había hecho; le contó que le había robado esa ropa porque sus hijos no tenían y pasaban mucho frío.
La señora le compró ropa a los chicos y además le ofreció trabajo a la negra en su casa. La señora le tomó confianza y la morena trabajó allí por mucho tiempo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario